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Crecimiento vs Facturación: lo que realmente importa en bolsa

No mires el tamaño de la facturación, mira el crecimiento

Cuando empiezas a invertir en bolsa, es fácil caer en una trampa mental: pensar que las empresas que más facturan son las que más van a subir. Parece lógico, ¿verdad? Si una empresa ingresa miles de millones, su acción debería valer más. Pero la realidad del mercado funciona de manera muy diferente.

La bolsa no premia el tamaño actual de una empresa. La bolsa premia las expectativas de crecimiento futuro. Esta distinción es fundamental y marca la diferencia entre una inversión mediocre y una excelente oportunidad.

El caso de las empresas maduras: cuando facturar mucho no basta

Tomemos como ejemplo a Apple. Es una de las empresas que más factura del planeta, con ingresos anuales que superan los 380.000 millones de dólares. Sin embargo, su crecimiento de facturación interanual ronda apenas el tres o cuatro por ciento. Para una empresa de este tamaño, crecer más se vuelve matemáticamente complicado.

El mercado ya sabe esto. Los inversores institucionales, los analistas y los algoritmos que mueven billones de dólares no se sorprenden cuando Apple presenta sus resultados trimestrales. Ya esperaban esos números.

La magia del crecimiento exponencial

Ahora imagina una empresa de software empresarial que factura 500 millones de dólares al año, pero está creciendo al cuarenta por ciento anual. En cinco años, su facturación podría superar los 2.700 millones.

Cuando inviertes en esta empresa, no estás comprando su facturación actual de 500 millones. Estás comprando el potencial de esos 2.700 millones futuros, y posiblemente mucho más allá. Los inversores que identifican estas empresas temprano pueden ver cómo sus acciones se multiplican mientras el negocio se expande.

El PER: el precio ya tiene incluidas las expectativas

Aquí entra en juego uno de los ratios más importantes del análisis fundamental: el PER o Price to Earnings Ratio. Este indicador te dice cuántas veces estás pagando los beneficios actuales de una empresa. Si una empresa tiene un beneficio de 10 euros por acción y la acción cotiza a 150 euros, su PER es 15.

Un PER alto no es necesariamente malo ni bueno por sí solo. Lo crucial es entender qué expectativas de crecimiento están incorporadas en ese precio. Una empresa con un PER de 30 puede ser una ganga si va a duplicar sus beneficios en dos años. En cambio, una empresa con PER de 12 puede estar cara si su crecimiento se ha estancado y sus beneficios van a caer.

El mercado es eficiente en el sentido de que los precios actuales ya reflejan las expectativas consensuadas sobre el futuro. Apple tiene un PER relativamente moderado precisamente porque el mercado no espera crecimientos espectaculares. Una startup tecnológica puede tener un PER de 80 porque los inversores anticipan que sus beneficios se van a multiplicar.

La oportunidad oculta: cuando el mercado se equivoca

Aquí está la verdadera oportunidad para el inversor inteligente. A veces el mercado subestima el potencial de crecimiento de una empresa.

Cuando encuentras una empresa con crecimiento robusto y sostenible, pero con un PER bajo o razonable, has encontrado oro. Esto significa que estás comprando crecimiento futuro sin pagar una prima exagerada por él. El mercado aún no ha descontado completamente ese potencial en el precio de la acción.

Por ejemplo, imagina que descubres una empresa industrial que factura 800 millones, crece al veinticinco por ciento anual gracias a la automatización de fábricas, y cotiza con un PER de 18. Comparado con empresas tecnológicas similares que cotizan a PER de 40, esta podría ser una oportunidad extraordinaria. El mercado quizá la considera «solo una empresa industrial» y no aprecia que está en la vanguardia de una revolución tecnológica.

Cómo aplicar esto en tu análisis

Cuando evalúes una empresa, hazte estas preguntas en este orden. Primero, ¿cuál ha sido su crecimiento de facturación en los últimos tres a cinco años? Un historial consistente es más valioso que un año excepcional aislado. Segundo, ¿qué crecimiento esperan los analistas para los próximos años? Busca empresas donde las previsiones apunten a aceleración o mantenimiento de tasas altas. Tercero, ¿qué PER tiene la empresa? Compáralo con su crecimiento esperado y con empresas similares del sector.

Una regla práctica útil es el ratio PEG, que divide el PER entre la tasa de crecimiento esperada. Un PEG por debajo de uno sugiere que estás pagando poco por el crecimiento. Un PEG por encima de dos indica que probablemente estás pagando demasiado, a menos que haya razones excepcionales que lo justifiquen.